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Mockumentary, The Office USA vs UK.

The office, serie de televisión británica creada y dirigida por Ricky Gervais y Stephen Merchant, es uno de los grandes exponentes dentro del “mockumentary” (falso documental en lengua inglesa), género que explota el lenguaje del documental y que a pesar de seguir un guión, imita de manera fabulosa dicha estética, realizando una crítica irónica sobre el trabajo que se realiza en una oficina, llevando el sarcasmo hasta el extremo.

La serie fue estrenada en el 2001 y narra el día a día de los empleados de una oficina de ventas de papel a los cuales se les está haciendo un documental. Obtuvo tan buena respuesta por parte de los espectadores que se realizaron distintos remakes de manera internacional, en Francia, America, Brasil, Alemania, entre otros.

Las versiones que más éxito han conseguido son la versión original británica y la versión americana, estrenada cuatro años después y creada por Greg Daniels. Aunque ambas versiones comparten muchos aspectos, como la historia en sí y algunas decisiones de realización que más abajo comentaré, también tienen elementos diferenciadores, que hacen que ambas sean únicas y consigan que el visionado por parte del espectador sea completamente distinto.

Un falso documental es una serie o película que utiliza los recursos propios del género documental para crear una obra de ficción. A pesar de que gran parte de las películas y series que están realizadas en formato de falso documental usan sus propias técnicas para crear esa ilusión, encontramos varios métodos en común. La mayoría de ellas utilizan un tono cómico o parodian algo, es irrebatible que si se hace una crítica a un tema indecente o inmoral en forma de comedia, aparte de ser mucho más gracioso por eso mismo, tiene muchas más posibilidades de ser bien recibida por parte del espectador. En cambio, si se hace la misma crítica pero se cuenta de forma cruda y realista, el tono sería otro y no se conseguiría que el espectador se adentrara de la misma manera que a través de la comedia. Es una gran vía de escape.

La principal característica de este tipo de formato son las entrevistas personales, recurso que se utiliza para tener un espacio de intimidad con los personajes. También sirven como añadido a las situaciones de humor incorporando el punto de vista del personaje entrevistado. Alternando la entrevista con la escena consiguen que durante esta veas la reacción del personaje ante lo que sucedido, creando pequeños bucles de humor donde no solo consigues conocer a los personajes, si no que te hablan y revelan sus emociones. Así logran provocar una empatía muy distinta a lo habitual, ya que no llegamos a conocerlos con tanta profundidad como estamos acostumbrados en otras series, en definitiva, les cogemos un aprecio diferente.

Otro elemento clave son las miradas a cámara o técnicamente la rotura de la cuarta pared, como cuando uno de los personajes comparte con la cámara una mirada de complicidad o directamente le habla a cámara. Son de los mejores momentos de la serie, la cuarta pared desaparece y los personajes hablan contigo directamente, miran a cámara después de una mentira buscando alguna credibilidad o gesto de aprobación por parte del público.

Otra característica importante son los momentos en los que se adopta el formato reportaje y la cámara persigue al personaje, el cuál nos explica o enseña algo, como David Brent que nos enseña a los empleados de su oficina e intenta hacer un chiste absurdo y quedar bien con cada uno de ellos.

La cámara presencia con la que espiamos a los personajes sin que ellos nos detecten, característica que no se encuentra en todos los falsos documentales, pero que es un recurso interesante para poder ver a los personajes en plena intimidad, ya que cuando interactúan con la cámara, esta les influencia de cierta manera y parece que interpreten un papel.

Por último, la incorporación de imágenes de archivo, con o sin voz en off, o incluso la reconstrucción de algún hecho, son elementos que se utilizan en muchas series y películas que están en formato de falso documental.

Actualmente encontramos muchas series que imitan está estética, pero no todas han convertido el documental en el elemento principal que mueve la historia. Muchas de ellas si que han tenido éxito por que utilizan de maravilla los recursos que explotan, o incluso rompen la cuarta pared de manera fantástica, como Modern Family y las intensas miradas de Phil Dunphi, serie donde utilizan tanto las entrevistas personales como las miradas a cámara, o en House of Cards, donde Frank Underwood interpretado por Kevin Spacey, consigue de manera asombrosa que la serie cambie por completo cuando se dirige a nosotros sin rodeos mirándonos fríamente. Son los momentos que hacen que estas series nos gusten tanto, y por ello The Office se merece todo el reconocimiento que ha tenido.

THE OFFICE, USA vs UK:

Ambas series se han convertido en grandes exponentes dentro de los falsos documentales y han conseguido de manera muy oportuna que los métodos utilizados para asemejarse a este género sean los encargados de hacer avanzar la trama. Se trata de series que realizan otro tipo de discurso, “el docu-soap”, donde todas estas referencias a cámara están permitidas e incluso forman parte de la gramática.

Lo que sorprende de ambas series es que aún estando basadas en el mismo guión, con solo un enfoque distinto de los personajes, han logrado distanciarse una de la otra y convertirse en dos series muy enfrentadas.

A primera vista ambas series tienen claros elementos diferenciadores, por un lado la cabecera, la británica es un montaje de planos de edificios de la ciudad con un ritmo lento y una música muy tranquila, en contrapunto con la americana, que aparte de algún plano de alguna fachada incluye a los protagonistas de la historia y el espacio en el que se desarrollará la serie, con un ritmo rápido y una música muy alegre. Por otro lado, la duración de los episodios, ya que los ingleses apostaron por los treinta minutos y los americanos por veinte. Nada más empezar ya podrías pensar que estás viendo dos series distintas, aunque estas diferencias no son trascendentales para la historia. Es indiscutible que si las dos versiones tienen algo en común es que apuestan por el tono cómico y la parodia, llegando a extremos inconcebibles.

 

El principal elemento que sí transciende en la trama y que hace que las dos versiones sean tan contrarias, es que en la americana se decidió crear personajes agradables y divertidos, que hace que se pueda empatizar de cierta manera con ellos, mientras que en la versión británica, que es mucho más cruda y juega totalmente con eso, consiguen que los personajes no se hagan querer, e incluso que en ciertos momentos lleguemos a odiarlos. Y así es como ambas series consiguen una atmósfera muy

distinta.

 

En ambas producciones encontramos un gran reparto, pero los personajes que destacan y que provocan que entre las dos versiones exista una brecha inseparable, es Steve Carell como Michael Scott y Ricky Gervais como David Brent. Ambos interpretan al gerente general de la sucursal, pero cada uno a su manera. Encontramos una dualidad de personalidades, ya que obviamente “yankees” e ingleses no tienen el mismo punto de vista. Por un lado, tenemos a Gervais, hombre odioso pero astuto que sabe aprovechar al máximo las características que esta serie le ofrece para lograr que el espectador vea más allá de su carácter tedioso, y con sus miradas y guiños a cámara consigue hacernos cómplices de sus actos y así lograr conectar de

alguna manera con él. En cambio Carrell, es un personaje encantador y pícaro, pero que no es tan sutil y perspicaz con las miradas a cámara como Gervais, y alterna miradas a cámara con miradas a sus compañeros, siendo muy directo, mientras que Gervais es más de insinuar las cosas o sugerirlas.

 

Las dos versiones utilizan algunos de los métodos mencionados anteriormente para lograr la ilusión de que se trata de un documental, pero el modo en el que está rodado es la principal característica y la más evidente de la intención del realizador por lograr la apariencia del falso documental.

La versión Británica utiliza una cámara en mano bruta y torpe con agresivos zooms in y zooms off, y solucionan muchas de las escenas con un único plano conjunto con algún movimiento de cámara para acercarnos más a los personajes, así logran completamente dicha estética. Sin embargo, aquellas conversaciones que solucionan completamente con primeros planos y planos contra planos son los que perjudican está estética documental. Muchas de ellas alternan las dos cosas y funciona muy bien, ya que mantienen el plano hasta el momento justo y entonces saltan a la reacción del otro personaje.e cambio cuando sólo utilizan planos cortos y un montaje rápido no logran del todo esta sensación de documental.

Por otro lado, la versión americana se apostó por una cámara en mano mucho más refinada y elegante, cuidando al milímetro los movimientos, como los zooms in y zooms off, que en este caso son delicados y sutiles. Sin embargo, el hecho de que no desarrollan prácticamente ninguna de las escenas en un único plano, no favorece el “look”

documental.

 

Las dos series utilizan a su manera las reglas establecidas y logran así la apariencia deseada. The Office en su versión británica, aparte de sus inconfundibles movimientos de cámara, recurre de una manera fantástica a la rotura de la cuarta pared, brindándonos momentos tan estupendos como cuando David Brent mira a cámara tras hacer un mal chiste, Gareth asiente a cámara con gesto de apoyo a David o cuando Tim mira desconcertado tras una broma de mal gusto. También encontramos esta rotura en las entrevistas personales y cuando la cámara adopta el “roll” de reportaje, como cuando Brent habla de sí mismo sin tapujos y presume de lo bueno que es o cuando Tim comparte sus sentimientos con nosotros. Un elemento que utilizan en menor escala pero de manera muy acertada, es la cámara presencia, apuestan por ella en momentos en los que el personaje está viviendo un momento de intimidad, como cuando la cámara espía a Dawn y a Lee que discuten en privado. Si la cámara estuviera con ellos la estética documental ni existiría. Asimismo, The Office americana, además de su delicadeza en los movimientos de cámara, también explota el formato reportaje y las entrevistas personales, rompiendo la cuarta pared al mismo nivel que los ingleses, pero en episodios concretos lo llevan al extremo, como cuando Michael se quita el micrófono en plena entrevista. A parte de conseguir de manera inmediata la apariencia de documental, juegan con ello de manera muy inteligente y lo llevan un poco más allá, haciendo que minutos después, Pam y Michael, compartan unas palabras en privado, y aprovechando que a él no podemos escucharle, utilizan la cámara presencia, logrando una magnifica secuencia que empezaba como una broma más.

 

Ambas han sido de gran importancia dentro del género, sin embargo, como la versión británica es mucho más corta que la americana, dos temporadas contra nueve temporadas, ha conseguido mantener un rumbo fijo y claro, sin tener bajones a lo largo de la serie, consiguiendo evolucionar con éxito. Mientras que en la versión americana, al tener tantos episodios, los personajes terminan por convertirse en una parodia de sí mismos, Michael termina siendo un estúpido y Dwight un demente insoportable. Y finalmente, cuando Michael abandona la serie, esta pierde su camino y tarda en encarrilarse de nuevo. Por ello, y porque la versión inglesa, al regirse por una cámara en mano más torpe y utilizar planos más largos, con un montaje más lento, es la que ha conseguido con más éxito que toda la serie sea coherente y se asemeje más a un documental.

No obstante, las dos series juegan de manera muy inteligente todas sus posibilidades y han logrado que la estética documental forme parte de la trama a un nivel nunca antes visto. Como cuando Jim se declara a Pam gracias al documental, Kelly descubre la identidad de sus padres gracias al documental, o se descubre la identidad de Creed gracias al documental. En definitiva, si el falso documental ha llegado a este nivel, ha sido gracias a The office, que es el ejemplo perfecto de que uno puede beneficiarse de este género y utilizarlo a su favor, consiguiendo unos resultados increíbles que dan renombre a esté gran género. 

 

En definitiva, The Office es una serie que ha conseguido elevar las expectativas del espectador en el momento de ver una serie de este estilo, ya que además de utilizar una gran cantidad de recursos distintos para conseguir esta apariencia, ha hecho que el documental sea el encargado de hacer avanzar la trama, o incluso, en la versión americana, que la serie se cierre conociendo al equipo técnico encargado de rodar el documental.

Es por esto que este género, el falso documental, es un abanico de posibilidades que permite al realizador experimentar de manera interminable, saliéndose de los cánones impuestos y destruyendo, de una vez por todas, esta cuarta pared que separa a los personajes de los espectadores. 

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